La lejía se utiliza para diversas tareas del hogar, higienizando y limpiando las diversas superficies .
Por tanto, para estar seguros de comer con el plato limpio, podemos sumergir platos y otra vajilla de:
- Un litro de agua y
- 1 cucharadita de lejía por litro de agua.
Dejar en remojo durante dos minutos y aclarar CUIDADOSAMENTE y siempre con los guantes puestos. Finalmente, lo dejamos secar al aire.
Para una limpieza intensa también podemos verter vinagre y agua a partes iguales en una palangana, seguidamente los utensilios en remojo y dejar unos veinte minutos. Después lavamos todo con un detergente a base de limón o bicarbonato.
Blanqueador en el lavavajillas
Si le encanta usar el lavavajillas para desinfectar platos, vasos y cubiertos, vierta 2 vasos de lejía en la parte inferior del aparato y comience el programa de enjuague.
Para una limpieza extraordinaria, puedes verter un tapón de lejía en lugar del detergente especial y lavar a temperatura alta.
¿Usar blanqueador para platos es realmente la mejor solución?
Eso sí, en los últimos años de la pandemia, la lejía ha sido muy popular para la destrucción del virus Sars-CoV-2. Pero, ¿es un método seguro y realmente eficaz para la limpieza y la vajilla?
En la lavadora, la lejía es eficaz tanto como quitamanchas como blanqueador, y de hecho se ha utilizado siempre. Gracias a la acción oxidante es eficaz como quitamanchas incluso a bajas temperaturas, y si se usa con cuidado su uso no implica riesgos.
Pero pasemos a los platos. La lejía no es un detergente , es decir, no contiene tensioactivos. En pocas palabras, no elimina completamente la suciedad. Es peligroso para la salud de las superficies porosas porque corre el riesgo de dañarlas. La lejía, por ejemplo, corre el riesgo de oxidar el acero si no se enjuaga bien.
La lejía tiene excelentes características que la convierten en un buen producto para el hogar, aunque sea potencialmente tóxico. Es barato, pero irritante al contacto y tóxico por inhalación. Y no olvidemos que no se puede mezclar con otros agentes químicos porque también provoca reacciones peligrosas y además es muy contaminante para el medio ambiente.
Si queremos utilizar alguna para ayudar a higienizar la vajilla, debemos recordar SIEMPRE enjuagar todas las partes afectadas de la vajilla con cuidado y cuidado. Usar lejía nos ayuda mucho en la limpieza, ¡pero no es un producto a subestimar! El uso incorrecto puede tener consecuencias graves para la salud y NUNCA DEBE ingerirse de ninguna manera.