La esponja para platos es una de las herramientas útiles, necesarias e indispensables para la limpieza de la cocina, la vajilla y la vajilla.

esponja sucia

Pero ojo, porque de ser un perfecto aliado de la limpieza , también puede convertirse en el peor enemigo para tu salud y la de las amas de casa.

Esto se debe a que, al retirar los restos de comida de los platos , una pequeña parte de ellos queda pegada a la esponja y es difícil de eliminar. La humedad creada dentro de la esponja hace que las bacterias proliferen rápidamente . En este punto resulta imposible deshacerse de él.

Esponja para platos, lavarla con jabón para platos no es suficiente

La esponja húmeda es el ambiente perfecto para hongos , esporas, virus y bacterias. Por tanto, es necesario tomar las precauciones adecuadas, que permitan seguir utilizando la misma esponja para platos durante unos días, en lugar de cambiarla a diario para evitar el riesgo de contaminar los platos limpios.

Muchos pensarán que ya han hecho todo lo posible, pero en realidad no basta con utilizar jabón para limpiar la esponja antes de lavar los platos. De hecho, este procedimiento no sirve para eliminar las bacterias que se han infiltrado en los poros, sino sólo para desengrasarlo y eliminar los residuos presentes casi en la superficie.

Cómo esterilizar bien y a fondo la esponja.

Todo esto, evidentemente, no significa que haya que esterilizar el bizcocho de vez en cuando, sino que hay que lavarlo cuidadosamente a la temperatura adecuada. Si la esponja queda grasosa, se utiliza jabón de Marsella para desengrasarla. Luego enjuague con agua caliente y luego escúrralo bien.

Para desinfectar completamente la esponja es necesario realizar una operación de desinfección que debe repetirse al menos una vez por semana . La esponja se sumerge en una solución a base de agua caliente o incluso hirviendo, vinagre, limón, sal y bicarbonato.

El bicarbonato de sodio, el limón y el vinagre son desinfectantes , desincrustantes naturales y pueden usarse para lavar y desengrasar pero también para desinfectar cualquier esponja, no solo las de cocina. Gracias a sus propiedades eliminan todos los olores desagradables.

Microondas o lavadora, el procedimiento correcto

Otro método para erradicar las bacterias consiste en lavar cuidadosamente la esponja para eliminar restos de comida y suciedad, luego colocarla en un recipiente apto para microondas, cubrirla con agua fría e introducirla en el horno. Ajustar la temperatura máxima y dejar actuar al menos 4 minutos . Una vez pasado el tiempo necesario, el bizcocho debe enfriarse. Luego se saca del horno y se puede utilizar para lavar platos.

Quienes no tengan horno microondas pueden sumergir el bizcocho en una cacerola con agua. Una vez que llegue a ebullición, apaga el fuego. El bizcocho debe permanecer en el interior durante al menos 5 minutos, luego se debe escurrir, escurrir bien y dejar enfriar. También se puede lavar en lavavajillas o en lavadora. En cuanto a la lavadora, la temperatura no debe ser inferior a 60 grados . Luego se seca al sol, porque es el único capaz de secarlo en profundidad y al mismo tiempo eliminar las bacterias residuales.

El bicarbonato tiene excelentes propiedades higienizantes, por lo que puede utilizarse para eliminar bacterias y gérmenes presentes en la esponja. Se coge un barreño, lo llenas de agua caliente, le añades un poco de detergente, una cucharadita de bicarbonato, luego sumerges la esponja y la dejas en remojo. Diez minutos son suficientes , al final de los cuales se debe enjuagar la esponja, escurrirla y dejarla secar adecuadamente.

Agua con cloro y lejía.

Seguimos con el agua fría y el cloro, que se utiliza en tinas y piscinas porque es uno de los aliados más válidos para la higiene. Luego, llena un recipiente con agua fría y cloro, sumerge la esponja y déjala allí durante 10 minutos. Lo imprescindible es enjuagar bien la esponja después de la fase de esterilización pasándola varias veces por agua fría, sólo después de haberla enjabonado adecuadamente con jabón para platos.

El mismo procedimiento se aplica a la lejía , en sustitución del cloro . Al final del procedimiento, se debe enjuagar bien la esponja con unas gotas de jabón y agua corriente fría. Todas estas son pequeñas precauciones que pueden cambiar tu vida y que conviene realizar al menos una vez al mes para evitar el riesgo real de proliferación de gérmenes y bacterias.