¿Quieres toallas que sean siempre suaves? Todo lo que necesitas hacer es aprender el método de las dos cucharas para obtener un resultado perfecto.
Ya sean grandes albornoces o toallas faciales, su contacto debe ser una caricia en la piel. O al menos eso es lo que cabría esperar, pero si no es así hay solución. ¿Aclaremos esto juntos?
Toallas ásperas al tacto: causas y consecuencias
Uno de los artículos de lavandería al que hay que prestar mucha atención es el de las toallas. Además porque si nos equivocamos una vez seco veremos la respuesta en la piel! ¡Y no hay nada más desagradable que secarse con una toalla áspera!
La piel lo nota enseguida y lo mismo ocurre con las toallas que “huelen a humedad”, algo que te queda desagradable y que te lleva a volver a lavarte y a cambiar de toalla.
Seguramente hay quienes se reconocen en esta sensación, que es más frecuente en invierno, cuando las perturbaciones dificultan el proceso de secado, si no se dispone de secadora.
Pero el problema sigue siendo la toalla áspera que al final, en lugar de abrazarnos, nos deja la piel roja. Así que o nos hacemos con ese suavizante milagroso que nos cuesta un ojo de la cara o buscamos alternativas naturales si no queremos comprar toallas nuevas.
El método de las dos cucharas
El remedio natural para tener siempre toallas suaves y con su capacidad absorbente intacta pasa por el uso de dos productos naturales que tenemos en casa:
- Jabón de Marsella
- bicarbonato de sodio.
En la producción del jabón de Marsella existen estrictas normas de fabricación que exigen el uso únicamente de aceite de oliva puro, sal y soda de Provenza y Camarga, respectivamente. Está prohibida cualquier adición de grasa animal a este jabón.
Así que el auténtico jabón de Marsella es un jabón 100% natural . Hoy en día ya no es necesario utilizar únicamente aceite de oliva puro de Provenza.
Si bien es apreciado por su famoso color verde que le da al jabón, ahora puedes encontrar diferentes combinaciones donde se utilizan diferentes aceites vegetales como el aceite de coco o el aceite de palma. Además de sus virtudes beneficiosas para la colada, el jabón de Marsella es un auténtico aliado de belleza para el cuidado de tu piel.
Así, si lo utilizas en el lavado de toallas, sus propiedades se transfieren a la propia ropa y evitas experimentar esos desagradables efectos que tienen los detergentes químicos sobre las fibras. Además, también es apreciado por su aspecto ecológico ya que es completamente biodegradable.
Sin olvidar que es una alternativa válida para quienes padecen problemas de piel sensible y alergias a veces asociadas a productos industriales utilizados en el lavado de ropa en contacto con la piel.
Lavado tras lavado, se depositan algunos residuos, lo que hace que la toalla pierda elasticidad y se vuelva rígida, además, evidentemente, del agua especialmente rica en calcio, que hace que dure.
Además, la ventaja final de esta solución natural es su relación calidad-precio.
Cómo hacer jabón para toallas.
Una vez que tengamos los ingredientes solo nos queda rallar un poco de jabón de Marsella hasta llenar una cuchara de cocina. O si lo tenemos en copos basta con ponerlos en la cuchara y verterlo en el vaso de la lavadora. Mientras tanto, también habrás echado en el cestillo una cucharada de bicarbonato de sodio .
Si junto a estos dos productos combinas también suavizantes naturales como el ácido cítrico diluido en agua desmineralizada o el vinagre blanco, tendrás como resultado, lavado tras lavado, toallas siempre suaves y agradables de envolver .